lunes, 10 de marzo de 2008

> Otra crisis superada

Cuando aparecen los primeros síntomas tengo que ir al psiquiatra sin cita previa porque se trata de una urgencia. Siempre es un momento difícil: Los días laborables nunca sabes si es necesario desplazarte al Equipo de Salud Mental. Piensas que puedes estar equivocado y que vas a saturar más aún el trabajo de los profesionales sanitarios. En cambio los días que no son laborables sientes mucho miedo porque el servicio de urgencias del Hospital de Jerez es nefasto. En alguna ocasión me he vuelto a casa porque llevaba entre tres y cuatro horas esperando.

Tengo trastorno bipolar por lo que sufro fases depresivas y fases
eufóricas. Las dos son igual de duras. A nadie le deseo estar tres
meses deprimido en la cama con el ánimo por los suelos. Pero las crisis eufóricas generan más problemas con los demás: Hablas tanto que el médico en el informe certifica verborrea, propones muchas ideas que luego no puedes cumplir, estás más susceptible pudiendo discutir innecesariamente y pierdes el control del gasto y del teléfono. Pero, a pesar de todos estos problemas, la gran trampa es que te encuentras bien. Estás ágil mentalmente, estás rebosante de energía y tienes ganas de hacer cosas.

Afortunadamente acabo de salir, con la ayuda de mi prima y mi famillia, de una crisis eufórica. El viernes pasado fue mi cumpleaños. Mis amigos de Sevilla me organizaron una fiesta inolvidable. El apoyo afectivo es tan importante como la terapia porque la soledad e incomprensión genera mucho sufrimiento. El proceso de recuperación es largo y doloroso: la enfermedad y las pastillas te van castigando poco a poco hasta que las últimas semanas llegas a unos extremos impensables. Tengo 34 años y gracias a mis padres no me falta un plato de comida ni una cama. Aun así hay momentos que no debería estar en casa ni en el hospital. Una situación de esta gravedad es tan difícil de sobrellevar que la familia se ve superada. Faltan centros intermedios donde puedas recuperarte con atención especializada. Aquí nadie denuncia, ni siquiera AFEMEN, esta carencia en el que estamos de acuerdo todos aquellos que conocemos el problema. Es urgente que la Junta de Andalucía invierta en recursos materiales y humanos para que los enfermos mentales podamos vivir con dignidad.
//Pijamaman.

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