sábado, 8 de marzo de 2008

> Una rosa de jardín

Me inquietan los histriones que sonríen en la oscuridad de la ignorancia -indómitos lugares donde pastan los corderos. Sin embargo desde mi páramo oculto desprovisto de afecciones he divisado que todos andan comen y viven en la inmundicia deflagrada de lo que constituye un mundo simple y sin sustancia... que roza y avecina "lo absurdo"...extraños lugares por ver... por ejemplo crecer un jardín de rosas y sin embargo de tanto en tanto nace un rosa. Más tarde conforme va creciendo proyecta su belleza estilizada de pétalos carmesí entre la barrajuntada maleza que lo va ocupando todo con su furia destructiva ralentizada, desordenada y caótica que forma la masa inerte... en fin, desprovista de la acérrima quietud del agua en un manantial. Entre tanto nuestra rosa sigue bella, allí oteando el horizonte de fino despertar y que trae un aroma de cambio en el jardín, desde más allá donde pastan los corderos desde mucho más allá donde limita el jardín y ya no crece la maleza. Sin embargo en el jardín corre un rumor, una injuria, una patraña inventada de rencores maníos, verdades a medias y envidias descaradas que infecta al perfecto jardín y levanta un aroma destructivo y pernicioso que dogmático extiende estruendosa belicidad en el ambiente.
Allí reunidos cardos, espinos, aldagas, cuscutas, alfileres de pastor, amapolas locas, caléndulas, centidonias, cincoenramas, dientes de león, colas de zorra y colas de rata chismorreaban en no se que bisbisear cobarde y traicionero de ensalces reaccionarios y vengativos. Entre tanto hierve las pasiones, surgen los rencores injustificados, se hace plausibles los tópicos y en definitivamente surge el "yo" que cada cual tiene y que muestra en momentos de miedo, el yo animal, el yo pasional, el yo traicionero e irracional. En seguida esta maleza orienta su odio irracional, pétreo, candente e inflama el jardín con imprevisible actuar que mueve al débil, al traicionero, al parangón deshumanizado de entre la multitud incendiaria que no cultiva más que la ilógica realidad que tu puedes ver... si tu quieres.
No hay posibilidad para nuestra rosa, nuestra hermosa rosa, nuestra rosa bonita, la rosa más bella, rosa valiente... la única que quiso salir y brillar para deleite de mi jardín, pero que sin embargo hoy yace bajo el yugo de la locura y sin embargo allí se mantiene impávida mientras un espino asfixia su tallo y las plantas parásitas se alimentan de esa esencia vital que sin embargo, solo le permitirá mantener su naturaleza de planta parásita, innecesaria como toda mala hierba. Entre tanto la vida sigue, el sol se hace viejo en mi jardín, yo esbozo un suspiro, enciendo un cigarro y permito que los corderos entren en mi jardín porque ya no hay nada que deba ser protegido.
//Bladi A.

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